Introducción
En el siglo XIII, en medio de una Iglesia católica marcada por la riqueza y la corrupción, emergió un humilde hombre de Asís, Italia, que se convertiría en uno de los santos más queridos y en un verdadero reformador de la Iglesia: San Francisco de Asís. Su vida y legado están impregnados de una profunda espiritualidad, un compromiso radical con la pobreza y una visión de santidad que inspiró no solo a su Familia, la Familia Franciscana, sino a la Iglesia en su conjunto.
El Contexto de la Iglesia en el Siglo XIII
Para comprender el impacto de San Francisco en la Iglesia y la sociedad de su tiempo, es esencial considerar el contexto de la Iglesia en su época. El siglo XIII fue testigo de una Iglesia poderosa y con graves problemas. La jerarquía eclesiástica estaba enriquecida y, en algunos casos, corrupta. El lujo y la opulencia a menudo prevalecían, alejándose de la simplicidad y humildad originales del cristianismo.
La Conversión de San Francisco y la Fundación de la Orden Franciscana
El joven Francisco de Asís nació en una familia acomodada, pero su vida dio un giro radical cuando experimentó una profunda conversión espiritual. Tras el misterioso llamado y renunciar a su riqueza y estilo de vida, abrazó la pobreza y dedicó su vida al servicio de Dios y los menos afortunados. Inspirado por el Evangelio y su amor por la creación, fundó la Orden de los Frailes Menores en 1209, las Damas Pobres (Clarisas) en 1212 y los Hermanos de la Penitencia (Terciarios Franciscanos) en 1221.
La Pobreza y la Humildad
San Francisco no buscó reformar la Iglesia, no fue ese su interés. Él más bien buscó vivir él mismo la pobreza y la humildad para asemejarse a Cristo. Él y sus seguidores vivían en extrema pobreza, dependiendo de la caridad y dedicándose al servicio de los pobres y necesitados. Su radicalidad inspiró a otros a cuestionar la ostentación de la Iglesia de su tiempo y a abrazar un compromiso más profundo con los principios evangélicos de simplicidad y compasión.
El Encuentro con el Sultán y la Paz
San Francisco también destacó como un promotor de la paz en una época marcada por las cruzadas y los conflictos religiosos. Su famoso encuentro con el Sultán durante la Quinta Cruzada es un ejemplo de su valentía en la búsqueda de la paz y el diálogo interreligioso. Abogó por un enfoque pacífico y amoroso hacia todas las personas, independientemente de su fe.
El Legado Duradero de San Francisco
El legado de San Francisco ha perdurado a lo largo de los siglos. La Familia Franciscana sigue siendo una de las familias más grandes y activas en la Iglesia, y su influencia se extiende más allá de las fronteras religiosas. Su carisma ha recibido un fuerte apoyo y se ha “refrescado” con el pontificado del Papa Francisco (2013 a la fecha).